Invierno

A continuación se muestran los 10 paisajes de invierno más impresionantes según National Geographic:
 

1. Bryce Canyon National Park, Estados Unidos.

Los pináculos de las «chimeneas de las hadas» son la formación geológica que caracteriza este inmenso parque del estado de Utah. Sus  afiladas formaciones de arenisca crean un magnífico espectáculo visual que se puede contemplar desde los distintos anfiteatros rocosos que circundan el parque.
 
 

2. Kuusamo, Finlandia.

En plena región de Laponia, la nieve reina en sus bosques gran parte del año pero es durante los meses más fríos cuando el paisaje se cubre de un manto tan espeso como sobrecogedor. En esta zona se halla la estación de esquí más importante del país, Ruka, adaptada para practicar este deporte durante las largas noches invernales.
 
 

3. Parque Nacional Los Glaciares, Argentina.

En el sur del Parque se encuentra el glaciar Perito Moreno, una gran masa de hielo de cinco kilómetros de ancho, que avanza continuamente provocando la ruptura de grandes bloques de hielo. Este fenómeno cíclico de desprendimientos espectaculares de su frente de hielo tiene lugar durante el verano austral. La localidad más cercana a el glaciar es El Calafate, epicentro de todas las actividades y servicios.
 
 

4. Fiordo de Sermilik, Groenlandia.

Centenares de inmensos bloques de hielo surcan a la deriva las aguas de este gran brazo de mar situado en el sureste del país. Quienes desean navegar por este fiordo de paredes verticales y disfrutar de una visión más cercana de los icebergs deben embarcarse en Ammassalik, donde se halla la séptima ciudad más grande de Groenlandia, Tasiilaq.
 
 

5. Monte Fuji, Japón.

El icónico volcán es la cima más alta del país (3.776 m), con su cono nevado todo el año. A sus pies se extiende una extensa y bella región de lagos, cascadas y grutas y su cercanía a Tokio lo convierte en un lugar habitual de recreo, aunque solo es posible subir al Fuji-san en verano.
 
 

6. Seefeld, Austria.

El invierno convierte al Tirol en uno de los paisajes más bellos del mundo. Su relieve alpino, sus casas de madera, sus iglesias picudas adquieren una imagen excepcional cubiertos de blanco. Seefeld se halla a unos 17 kilómetros al noroeste de Innsbruck y alberga una concurrida estación de esquí.
 
 

7. Montblanc, Francia.

La cima de los Alpes (4.810 m) luce impresionante en cualquier época del año. La visión de la llamada «montaña maldita» desde alguno de los valles que la rodean deja sin aliento. La población más cercana es Chamonix, donde se halla el Museo Alpino que narra la historia y las vicisitudes de los alpinistas que han intentado explorar este carismático macizo.
 
 

8. La Gran Muralla, China.

La larga serpiente pétrea se extendía a lo largo de más de 8.000 kilómetros de este a oeste del país. Hoy solo queda en pie un 30 por ciento de ella y algunos de sus tramos han sido reconstruidos como el de Jinshanling situado al norte de Beijing y que tiene unos 10 kilómetros de longitud y 67 torres.
 
 

9. Banff National Park, Canadá.

El veterano parque de las Rocosas canadienses, creado en 1885, atesora rincones majestuosos con numerosos glaciares, lagos e inmensos bosques de coníferas. La Highway 1 lleva desde Calgary hasta el parque en una hora y media atravesando los espectaculares paisajes montañosos de Alberta.
 
 

10. Parque Nacional de Sagarmatha, Nepal.

En Sagarmatha se halla parte del Himalaya y del emblemático pico del Everest, el techo del mundo (8.848 m). El centro de visitantes del parque se encuentra en la ciudad de Namche Bazaar. Los treckings por esta área procuran unas vistas excepcionales de la montaña más alta del planeta.
 

Curiosidades

 El lago Baikal

Es el lago de agua dulce más grande y antiguo del mundo. En el invierno, el lago se congela pero el agua es tan clara que se puede ver 40 metros por debajo del hielo. En marzo, las heladas y el sol provocan grietas en la corteza de hielo y aparecen los fragmentos de hielo de color turquesa que vemos en la superficie.

Skaftafell, Islandia

Las cuevas de hielo son estructuras temporales que se forman en el borde de los glaciares cuando el agua derretida forma un agujero. El hielo formado tiene muy pocas burbujas de aire y absorbe toda la luz excepto el azul, que da a la cueva ese color único.